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PEDRO MARTINEZ: EL JINETE Y EL ESCORPIÓN...

EL JINETE Y EL ESCORPIÓN

Un jinete vio cómo un escorpión se metía en la boca de un hombre que dormía en el camino. Rápidamente, bajó del caballo y, con el látigo, lo despertó obligándole a comer unos excrementos que había en el suelo. « ¿Por qué me haces esto?», le gritó el hombre. Segundos después, empezó a vomitar hasta que salió el escorpión. Comprendiendo lo ocurrido, agradeció al jinete haberle salvado la vida, le besó la mano y le regaló una sortija como muestra de gratitud. Al despedirse, le preguntó: « ¿Por qué, simplemente, no me despertaste? ¿Por qué usaste el látigo?». El hombre le dijo: «Tenía que actuar con rapidez. Si solo te hubiera despertado no me habrías creído. Además, el dolor de los azotes te causó convulsiones evitando que el escorpión te picara». No lejos de allí, dos hombres vieron aquel episodio y, al volver a su aldea, narraron lo siguiente: «Hemos sido testigos de un lamentable ataque. Un pobre labrador dormía en el camino cuando un orgulloso jinete entendió que le molestaba y empezó a pegarle latigazos, le obligó a comer excrementos, le exigió que le besara la mano y le robó un anillo. Pero tranquilos, en una curva, hemos asaltado al jinete y le hemos dado una paliza por su terrible acción». Lo que no sabían es que ellos habían cometido un gran error, porque sin una amplia percepción no hay juicio correcto.