PEDRO MARTINEZ: LOS GEMELOS...

LOS GEMELOS

Un hombre tenía dos hijos gemelos y en el mundo no podía haber dos personas tan diferentes. Siempre había luchado por equilibrar esos estados de ánimo tan contrarios y, con esa intención, decidió hacer caso a un buen amigo que le recomendó que, con motivo del 18° cumpleaños de los muchachos, les hiciera a ambos un regalo muy distinto. Por eso, escogió algo realmente fabuloso para el pesimista y algo horrendo para el optimista.
Cuando llegó el día de la celebración, el padre los hizo salir a la puerta de casa para que vieran los regalos, que estaban tapados con dos grandes sábanas. El pesimista fue el primero en acercarse y al descubrir que el suyo era una potente motocicleta japonesa, empezó a llorar y a gritarle a su padre: « ¡Es que quieres que me mate nada más cogerla!». Por su parte, al optimista le tocó en suerte un excremento, pero su respuesta fue ponerse a saltar de alegría. Su hermano, asombrado ante semejante reacción, le dijo: « ¿Pero qué celebras, idiota?». Y este le respondió: «Viendo el tamaño del excremento, imagina cómo será el caballo que me ha regalado papá». Esto mismo es lo que nos sucede a menudo: no importa lo bueno o lo malo que nos traiga la vida, sino nuestra forma de aceptarlo.