PEDRO MARTINEZ: EL BÚHO Y EL SALTAMONTES...

EL BÚHO Y EL SALTAMONTES

Érase una vez un búho que se había vuelto muy malhumorado y difícil de complacer a medida que crecía. Una cálida tarde de verano, mientras dormitaba en su viejo roble, un saltamontes comenzó a entonar una canción alegre. «Aléjate de ahí, bicho. ¿Acaso no tienes modales?», le gritó el búho al saltamontes. Este le respondió que tenía tanto derecho a su lugar en el sol como el búho, así que siguió con su melodía. El viejo búho sabía muy bien que no sería bueno discutir con el saltamontes y le habló muy amablemente: «Bueno, amiguito. Si debo permanecer despierto, me acomodaré para disfrutar de tu canto. Ahora que lo pienso, tengo un vino maravilloso aquí. Ven y prueba esta deliciosa bebida conmigo».
El tonto saltamontes fue cautivado al instante por las palabras halagadoras del búho. Subió de un salto a su guarida pero, tan pronto como estuvo lo suficientemente cerca para que la vieja ave pudiera verlo claramente, esta se abalanzó sobre él y se lo comió de un bocado.
Esta historia debe servirnos para darnos cuenta de que la adulación no es una prueba de verdadera admiración, sino una trampa que se aprovecha de tu propia vanidad. No permitas que los halagos te hagan bajar la guardia contra un enemigo.