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PEDRO MARTINEZ: EL OTOÑO, EL ELEMENTO METAL Y LOS PULMONES...

EL OTOÑO, EL ELEMENTO METAL Y LOS PULMONES

El Otoño representa el momento de almacenar y preparase para los meses más fríos. Los que hemos cultivado ha madurado, las hojas caen; semillas, hierba y árboles empiezan a secarse. Es un tiempo de transición: de la abertura y luminosidad del verano, nos preparamos a la inmovilidad del invierno. El otoño marca el final de la expansión, del mirar hacia fuera, de la energía centrifuga. La energía de las plantas desciende hacia las raíces y como ellas, nosotros debemos reunir y concentrar nuestra energía vital para que se mantenga fuerte en los meses fríos que nos esperan. Así como la Naturaleza se toma un descanso, nosotros también debemos reunir las energías, permaneciendo cautos, sin agotarnos, economizando esfuerzos, ejerciendo nuestra voluntad con calma y quietud. El trabajo en otoño consiste en librarnos de la negatividad. La naturaleza nos enseña a dejar ir lo viejo, como las hojas viejas caen al suelo para servir de abono a un nacimiento futuro, así debemos actuar, para renovarnos y regenerarnos. La energía de la estación sostiene este “dejar ir, soltar” lo que ya no necesitamos, lo que entorpece nuestra evolución, dejándonos receptivos y dándonos una visión del que “somos en esencia”. El otoño nos vuelve a nuestra esencia empujándonos a eliminar lo que ya no necesitamos, revelándonos lo que de verdad es importante en nuestra vida. El intestino grueso uno de los dos órganos del elemento Metal junto con los pulmones, tiene la función de eliminar lo que es innecesario o toxico en nuestro organismo. Pero nosotros somos más que un mero cuerpo físico: tenemos toxicidad y desechos por eliminar también en nuestro espíritu y mente, y la función del colon a un nivel espiritual y mental es aliviar este estreñimiento mental capacitándonos a eliminar estos desechos.
Otoño no significa únicamente librarnos de lo innecesario; también es momento de introducir” lo que es puro”. Pensamos al aire otoñal, tan puro, fresco y renovado: el pulmón, el otro órgano Metal, nos permite introducir este aire renovado. En la Medicina china se dice que los pulmones, son los “Maestros de la energía” además de “los receptores del más puro Qi del Cielo”. Responsables del fluir de la energía, los pulmones son sensibles al frío y a la sequedad, por eso es importante reforzar nuestro sistema inmunitario y mantenernos sanos y en ambiente caliente en esta estación, porque si los pulmones sufren, se debilita la circulación del Qi y los músculos pierden su capacidad de calentar el cuerpo. Pulmones e Intestino grueso trabajan juntos, los primeros introduciendo lo que es puro y el segundo eliminando los desechos o “impuro”. En cuanto las temperaturas empiezan a descender y el viento se vuelve seco, si estos dos órganos no funcionan correctamente aparecerán síntomas como bronquitis, respiración insuficiente, resfriado, alergias, congestión nasal, enfisema, mal de garganta, estreñimiento, diarrea, trastornos y dolores abdominales. ¿Y qué pasa en nuestras mentes cuando los desechos (lo impuro) se acumulan y no somos capaces de introducir “lo puro”? La paz interior, la inspiración y la espontaneidad, dejan sitio a la depresión, a la rigidez (incapacidad de soltar), al aislamiento, y a la negatividad.
Concentrar la energía y focalizarla hacia adentro, significa también reflexionar, meditar. El otoño es tiempo de planificar lo que queremos conseguir en el año siguiente, y para volver a actividades que estabilicen y enriquezcan nuestra energía vital.
Con el otoño debemos limitar la ingesta de alimentos crudos y aumentar los tipos de cocciones más yang como son olla a presión, nishime, y algo de horno (sin abusar porque incrementa la sequedad). Para secundar lo yang, salar y condimentar un poco más los alimentos y aumentar un poco la cantidad de proteína. Cocinar los alimentos a fuego lento, con meno agua y durante más tiempo, aumenta su calidad nutritiva. Como el otoño no ama la sequedad, es importante mantenernos bien hidratados, bebiendo agua a temperatura ambiente, o infusiones calientes.