Leyendas e Historias de mi Albaicin
Vista desde la lejanía nuestra Sierra Nevada tiene un aspecto encantador, bucólico, apacible incluso mágico pero también tiene un punto oscuro y misterioso.
Este macizo está repleto de lagunas de origen glaciar que se hacen visibles en primavera trás el deshielo, la mayoria de ellas están rodeadas de tupida vegetación, principalmente borreguiles salpicadas por alegres y coloridas florecillas, pero hay una laguna que destaca por ser diferente, una atmósfera sombría y aterradora la envuelve, se le conoce como la "Laguna de Vacares", esta carece de vegetación a su alrededor, sus paredes están formada por vertiginosos acantilados, es un enorme estanque circular de agua inmóvil que por su gran profundidad parece negra, se dice que no tiene fondo que es un respiradero de mar que comunica con el Mediterráneo. Cuando hay fuertes borrascas en el mar se producen olas en su superficie produciendo ruidos como cañonazos. Pues en esta singular laguna es donde se sitúa nuestra historia.
Cuenta la leyenda que aquí habita una extraña criatura, un pájaro blanco que se trasforma en una mujer de belleza deslumbrante. Esta especie de ninfa se les aparece a los visitantes que pasan la noche en sus dominios, los embauca con dulces palabras y los acerca a las orillas de su laguna, allí, los sumerge en sus negras aguas y los devora lentamente.
Cuentan que en una de esas ocasiones la ninfa se enamoró de un apuesto cazador que se acercó a la laguna, en esta ocasión usó sus encantos para convertirlo en su amante y él quedó eclipsado como los demás. Un día, el joven cazador descubrió que estaba rodeado de restos de cadáveres y esqueletos de todos los hombres que fueron allí antes que él, presa del pánico huyó en un momento en el que el hermoso monstruo estaba descuidado, ella intentó atraparlo pero le fue imposible al no poder alejarse del agua y desde entonces su crueldad fue aún mayor, decidió no volver a tener piedad con nadie.
Aún hoy, los montañeros evitan que la noche les sorprenda en las cercanías de la laguna de Vacares pues se dice que todo el que vea al pájaro blanco estará irremediablemente condenado.
Vista desde la lejanía nuestra Sierra Nevada tiene un aspecto encantador, bucólico, apacible incluso mágico pero también tiene un punto oscuro y misterioso.
Este macizo está repleto de lagunas de origen glaciar que se hacen visibles en primavera trás el deshielo, la mayoria de ellas están rodeadas de tupida vegetación, principalmente borreguiles salpicadas por alegres y coloridas florecillas, pero hay una laguna que destaca por ser diferente, una atmósfera sombría y aterradora la envuelve, se le conoce como la "Laguna de Vacares", esta carece de vegetación a su alrededor, sus paredes están formada por vertiginosos acantilados, es un enorme estanque circular de agua inmóvil que por su gran profundidad parece negra, se dice que no tiene fondo que es un respiradero de mar que comunica con el Mediterráneo. Cuando hay fuertes borrascas en el mar se producen olas en su superficie produciendo ruidos como cañonazos. Pues en esta singular laguna es donde se sitúa nuestra historia.
Cuenta la leyenda que aquí habita una extraña criatura, un pájaro blanco que se trasforma en una mujer de belleza deslumbrante. Esta especie de ninfa se les aparece a los visitantes que pasan la noche en sus dominios, los embauca con dulces palabras y los acerca a las orillas de su laguna, allí, los sumerge en sus negras aguas y los devora lentamente.
Cuentan que en una de esas ocasiones la ninfa se enamoró de un apuesto cazador que se acercó a la laguna, en esta ocasión usó sus encantos para convertirlo en su amante y él quedó eclipsado como los demás. Un día, el joven cazador descubrió que estaba rodeado de restos de cadáveres y esqueletos de todos los hombres que fueron allí antes que él, presa del pánico huyó en un momento en el que el hermoso monstruo estaba descuidado, ella intentó atraparlo pero le fue imposible al no poder alejarse del agua y desde entonces su crueldad fue aún mayor, decidió no volver a tener piedad con nadie.
Aún hoy, los montañeros evitan que la noche les sorprenda en las cercanías de la laguna de Vacares pues se dice que todo el que vea al pájaro blanco estará irremediablemente condenado.
