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PEDRO MARTINEZ: LEYENDAS DE TREVELEZ...

LEYENDAS DE TREVELEZ

Cuentan que eran tres hermanos que cuando su padre murió les dejó en herencia sus tierras:
A su hijo mayor las tierras más altas (barrio alto).
A otro le dejó las tierras del medio (barrio medio).
Al pequeño le dejó las tierras bajas (barrio bajo).
Todos eran felices en las tierras del medio, pero un día se pelearon y cada uno se fue a sus tierras. Por la noche cuentan que a lo lejos se veían las luces de los cortijos de cada uno de los hermanos con velas, de ahí su nombre.
También se cuenta que en un tajo llamado Piedra Ventana se halla una cueva en la cual una vez al año se abre dando un pasadizo que conduce hasta un río subterráneo, y cuentan que aquel que cruce el río se encontrará una hermosa princesa mora, que le ofrecerá riquezas de incalculable valor.
Unos pastores encontraron en una cueva en la cual había un santo y avisaron a la gente del pueblo, la cual subió y se dieron cuenta de que era la Virgen de las Nieves. La cogieron y la trajeron al pueblo y la colocaron en la ermita y al día siguiente cuando fueron a verla ya no estaba. Subieron a la cueva dónde la habían encontrado y estaba allí, entonces decidieron hacerle una ermita en el Mulhacén y todos los años iban a visitarla el día 5 de agosto.
Un año de mucha sequía los pastores del pueblo decidieron subir a pedirle por el mal año que estaban pasando y encontraron un charco de lágrimas a los pies de la Virgen y entonces decidieron llevarla de nuevo al pueblo. En el momento que la Virgen fue colocada en la ermita del pueblo comenzó a llover.
Se cuenta que dos hermanos que vivían en el barrio alto con su padre. Tenían una manada de vacas y entonces el mayor mandó a su hermano menor echarles de comer. El muchacho cuando bajó al corral encontró un becerro que no era suyo y embistió hacia él. Éste salió corriendo a avisar a su hermano el cual no le hizo mucho caso entonces se fue a hablar con su padre y éste le dijo que cuando embistiese él le lanzase la gorra. El chico bajó de nuevo al corral y el becerro le embistió, él haciendo caso de su padre le lanzó la gorra, convirtiéndose el becerro en oro. El muchacho totalmente impresionado bajo a coger el oro y en el momento que lo tocó desapareció el oro y el muchacho.
Dónde hoy en día se encuentra la laguna Vacares, cuentan que antaño había un jardín y una hermosa princesa. En una parte de ese jardín había un pasadizo que recorría toda la Sierra, por el que entraba y salía la princesa para no correr ningún peligro. Aunque no pudo librarse de las amenazas de muerte de un moro, si no correspondía a su amor. Pero ella ya se había enamorado de un príncipe.
Un día un hombre de mal corazón que pasaba por allí vio al moro y le dijo que la princesa estaba con otro hombre. El moro enfurecido y con mucha rabia se puso en camino para matarle cuando llegó al jardín estaba recogiendo higos y poniéndolos en una bandeja de plata ofreciéndoselos a su amado príncipe y en el mismo momento que este se llevó el higo a la boca para comérselo, el moro le cortó la cabeza. La princesa comenzó a llorar sin consuelo alguno, dando lugar a la aparición de la laguna.
Cuentan que a los pastores valerosos y guapos se les aparece la princesa ofreciéndoles higos y muchos por miedo no quieren aceptarlos. Uno que los aceptó se los guardó en el bolsillo, y cuando bajó al pueblo echó mano a su bolsillo y los higos se habían convertido en monedas de oro.