PEDRO MARTINEZ: EL LIGERO MIGUELILLO...

EL LIGERO MIGUELILLO

Entre jaras y arbustos iba yerto de frío, envuelto en su manta de cuadros masticando un duro mendrugo, por esa Sierra Morena que era su casa y refugio.
Marchó esa mañana a comprar una capa a un pueblecito vecino, a casa de un tal Tórtolas un sastre por esos lares conocido.
Bandolero corpulento, de facciones rudas y pelo oscuro, tez dorada por el sol y viento, de noches de desabrigo, de candelas en la noche y de sombras de aceitunos.
Le llamaban Miguelillo el Ligero, porque muy joven se echó al monte y a robar por los caminos, astuto, escurridizo, audaz y valiente. Dicen que sus ganancias las repartía con los pobres campesinos.
Montaba un ruano esbelto y flaco, pero duro como ninguno, rápido como un relámpago, trote de aire alto y de nombre Presumido.
En una de las polainas de sus botas portaba una navaja de muelles y en su espalda bajo un fajín rojo sangre dos trabucos, en su cabeza bajo su sombrero catite, un pañuelo de paño oscuro.
En sus alforjas guardaba una cuchara, pedernal, mechero de mecha, plato y taza de aluminio, alcohol y vendas para heridas y unas pequeñas frascas de vino.
Poco llevaba de comer, algo de manteca colorá, dos o tres chorizos, en papel de periódico y un paño envueltos junto a un buen trozo de panceta y tocino.
Y llegando a la vereda del río, vió entre un almendro un extraño brillo, de allí salieron cien balazos pero no le acertó ninguno.
Corre, corre Presumido! Gritó dando la vuelta a galope tendido, que aquí nos fríen a plomazos en menos que canta el cuco.
Por algo era El Ligero y se perdió entre zarzas y juncos, desapareció en un instante como por arte de magia o embrujo.


5 Cts/kWh para tarifa 3.0 TD, autónomos y empresas
Llama al 654 409 325, ofertas especiales para Pueblos de España