PEDRO MARTINEZ: Leyendas e Historias de mi Albaicin...

Leyendas e Historias de mi Albaicin

Aquella mañana del 2 enero de 1492 tres cañonazos sonaron al salir el sol, procedentes de la Alhambra. Muy pocos sabían el significado de esa señal, tampoco el viejo Ezra, judío, de profesión carretero quien acudía como cada mañana a la ciudadela roja para entregar diversas mercancías, era un judío atípico, con poco apego al dinero y mucho a los cotilleos, todo el mundo lo conocía en Granada llevándose muy bien con todos sin importarle si eran moros o cristianos, poseía una entrañable sonrisa que resplandecía siempre, pasase lo que pasase.
Entre su familia, una de las más ricas de la ciudad, era considerado un inútil, una oveja negra dentro de la comunidad hebrea pues mostraba poco apego a la religión y mucho al vino.
Aquella fría y soleada mañana de invierno algo llamó la atención de nuestro judío bonachón. Una nutrida tropa de castellanos ocupaban la explanada de lo que ahora es el carmen de los mártires, se les notaba briosos, altivos, frente a ellos comparecían un grupo pequeño de caballeros moros cabizbajos. Entre los dos grupos dos figuras a caballo hablaban entre sí, sin duda eran los capitanes, uno era el mismísimo Boabdil, el otro, el cristiano, no parecía militar más bien religioso a juzgar por la vestimenta. Entonces fue cuando el viejo judío comprendió lo que ocurría, Granada estaba a punto de capitular.
Concluyó la triste charla entre los dos capitanes y ambos de cruzaron para tomar caminos distintos. Los cristianos seguidos por Ezra hacia la Alhambra y la tropa musulmana encabezada por Boabdil hacia la torre de los 7 suelos camino de granada donde le esperaba el Rey Fernando para entregarle las llaves de la ciudad.

Debido a su carácter afable Ezra rápido entabló conversación con los cristianos incluido con su capitán el cuál llegó a ofrecerle un puesto de carretero al servicio del nuevo dueño de la Alhambra, al judío le pareció una gran oferta pero no quiso aceptarla hasta hablar con su familia.
Ya avanzada la noche, el judío volvió a su humilde vivienda sin sospechar que estaba esperándolo casi toda su familia, se había acercado hasta allí para constatar el rumor que corría por la ciudad, "que se había unido al bando cristiano". Pronto empezaron los reproches, las acusaciones, las censuras de su familia para con los cristianos y fue entonces cuando, Ezra, cansado de años y años de críticas y regañinas de su familia tomó la decisión... Aceptaría la oferta del capital cristiano. Así pues le proporcionaron un alojamiento en la Alhambra y un trabajo que consistía en trasportar mercancías de la vega a la ciudad. Así pasaron los meses, ejerciendo su oficio, haciendo nuevos amigos pero sin descuidar los que tenía.

Llegada la primavera, ocurrió aquello que tanto temían los judíos, los Reyes Católicos daban a elegir a sus súbditos entre la conversión al cristianismo o el exilio. La famia de Ezra lo tuvo muy claro, venderían todas sus posesiones y abandonaría Granada, antes de partir, uno de los hermanos de Ezra habló con él para que les acompañara, este declinó la invitación, se quedaría en su Granada, al fin y al cabo convertirse no sería un problema, él no era muy religioso. Antes de despedirse su hermano le dió, lo que él definió como su parte de la herencia, una bolsa que, por lo que abultaba, contenía una fortuna más que sobrada para vivir comodamente.
Y así fue como de la noche a la mañana el judío pasó a ser una persona acaudalada.

Al poco tiempo de partir su familia hacía Tunez, un soldado que subía por la cuesta de Gomerez, descubrió un reguero de sangre procedente de unos matorrales, se acercó y descubrió un cuerpo cosido a cuchilladas, que por extraño que pareciese, sonreía, era el viejo Ezra.
Nunca se supo con certeza quien fue su asesino, de nada sirvió que algunos contaron que horas antes de su muerte Ezra fue visto bebiendo con un tal Zacarias, exsoldado expulsado de la milicia por violento y que días posteriores fue visto derrochando por toda Granada una buena cantidad de dinero seguramente procedente de la bolsa del viejo judío, la justicia no iba a malgastar tiempo en averiguar el crimen de un insignificante viejo judío.
Cuentan, que, una vez gastado el dinero, Zacarias se enroló en una expedición marítima al mando de un tal Cristóbal Colón, cuentan, que sus malas artes lo llevó a ser ajusticiado trás acuchillar a un oficial de la Pinta y que tiraron su cuerpo al mar para que sirviera de comida a los tiburones.

Quien no tenía enemigos fue el viejo Ezra, el cuál, tuvo un entierro memorable, un acto en el que coincidieron cristianos, musulmanes, judíos y gentes de toda clase y condición, todos juntos para despedir al viejo bonachón de eterna sonrisa.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Feliz año nuevo 2020 para todos, as que este año nos traiga Salud Alegra Trabajo y Paz en el mundo que tanta falta hace, que los politicos hagan el fabor de poner orden. Que lo tienen muy desordenado. que se ocupen de cosas importantes, pero ya, como el problema de la sanidad y crear puestos de trabajo, que son problemas importantisimos, por favor arreglar algo, y no desarregleis mas nada que solo sabeis hacer mal,

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