D. Emilio Calatayud, Juez de Menores de Granada. (La carta semanal).
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CORRER DELANTE DE LA POLICIA DA BUENOS ATLETAS
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Con la venia:
Aquí estamos de nuevo, amables lectores. Cuando empecé a trabajar como juez de Menores estaba todo por hacer. La ley preveía la medida de trabajos en beneficio de la comunidad, pero no había ningún sitio donde mandar a los chavales. Así que hablé con un amigo panadero y le mandé un ‘choricillo’ para que aprendiera el oficio. Ahora hay una red impresionante de instituciones y entidades que colaboran con nosotros para reinsertar a los niños. Porque ese es el fín último de los trabajos en beneficio de la comunidad: que cada menor encuentre su camino y deje de incordiar a la sociedad.
El chico tiene que dar su consentimiento. No se les puede obligar, pero ante la alternativa de ser encerrado, lo normal es que ablanden.
En general, los resultados son buenos, tirando a muy buenos. Aquí van cinco casos de los que nos sentimos especialmente satisfechos todos los que trabajamos en la justicia de Menores de Granada. Es algo así como la lista de las ‘sentencias ejemplares’ que más me ha gustado dictar.
1-Condenado a cortarme el pelo: El chico había robado en una peluquería y, además, estaba estudiando peluquería. Me lo puso a huevo: debía seguir formándose y el examen final consistiría en pelarme a mí. Aprobó. Sé que, aunque no tiene nada fijo, el chaval está ganando la vida con las tijeras. Pero la mayor parte del tiempo lo dedica a cuidar a su madre, que está gravemente enferma. Creo que hicimos un buen trabajo con él. Recientemente, he condenado a otros muchachos a cortarme el pelo. ¡Lo que me voy a ahorrar en peluquería!
2-‘Condenados’ a correr. La ciudadanía se asombraría si supiera la cantidad de niños que han acabado en el atletismo a fuerza de correr delante de la Policía y la Guardia Civil. Ahora tenemos uno que es particularmente veloz y ya ha ganado campeonatos en distintos puntos de Andalucía. Es un fenómeno. Si tiene suerte y persevera, llegará muy lejos.
3-Condenado a blindar puertas en lugar de reventarlas. El joven era un artista, un genio de los robos con fuerza en las cosas. No había puerta, verja, reja... que se le resistiera. Tras ser juzgado y condenado, acabó poniendo una cerrajería y creo que le va bien.
4-Condenado a ser ‘paraca’. Vamos a ver, no es que le condenásemos a ingresar en el Ejército, pero potenciamos sus cualidades y afilamos su vocación y terminó en la Brigada Paracaidista.
También tenemos bomberos, policías, guardias civiles, policías locales, abogados...
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CORRER DELANTE DE LA POLICIA DA BUENOS ATLETAS
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Con la venia:
Aquí estamos de nuevo, amables lectores. Cuando empecé a trabajar como juez de Menores estaba todo por hacer. La ley preveía la medida de trabajos en beneficio de la comunidad, pero no había ningún sitio donde mandar a los chavales. Así que hablé con un amigo panadero y le mandé un ‘choricillo’ para que aprendiera el oficio. Ahora hay una red impresionante de instituciones y entidades que colaboran con nosotros para reinsertar a los niños. Porque ese es el fín último de los trabajos en beneficio de la comunidad: que cada menor encuentre su camino y deje de incordiar a la sociedad.
El chico tiene que dar su consentimiento. No se les puede obligar, pero ante la alternativa de ser encerrado, lo normal es que ablanden.
En general, los resultados son buenos, tirando a muy buenos. Aquí van cinco casos de los que nos sentimos especialmente satisfechos todos los que trabajamos en la justicia de Menores de Granada. Es algo así como la lista de las ‘sentencias ejemplares’ que más me ha gustado dictar.
1-Condenado a cortarme el pelo: El chico había robado en una peluquería y, además, estaba estudiando peluquería. Me lo puso a huevo: debía seguir formándose y el examen final consistiría en pelarme a mí. Aprobó. Sé que, aunque no tiene nada fijo, el chaval está ganando la vida con las tijeras. Pero la mayor parte del tiempo lo dedica a cuidar a su madre, que está gravemente enferma. Creo que hicimos un buen trabajo con él. Recientemente, he condenado a otros muchachos a cortarme el pelo. ¡Lo que me voy a ahorrar en peluquería!
2-‘Condenados’ a correr. La ciudadanía se asombraría si supiera la cantidad de niños que han acabado en el atletismo a fuerza de correr delante de la Policía y la Guardia Civil. Ahora tenemos uno que es particularmente veloz y ya ha ganado campeonatos en distintos puntos de Andalucía. Es un fenómeno. Si tiene suerte y persevera, llegará muy lejos.
3-Condenado a blindar puertas en lugar de reventarlas. El joven era un artista, un genio de los robos con fuerza en las cosas. No había puerta, verja, reja... que se le resistiera. Tras ser juzgado y condenado, acabó poniendo una cerrajería y creo que le va bien.
4-Condenado a ser ‘paraca’. Vamos a ver, no es que le condenásemos a ingresar en el Ejército, pero potenciamos sus cualidades y afilamos su vocación y terminó en la Brigada Paracaidista.
También tenemos bomberos, policías, guardias civiles, policías locales, abogados...
