Con mi mulo yo he ido
a por agua a la fuente,
he bajado hasta el Caño
pero había mucha gente.
A los Juncarillos yo me fui
crellendo que estaban solos,
y que sorpresa me llevé
estaban hasta los morros.
Desde allí yo me marché
a la fuente las Erillas,
otra vez me equivoqué,
aquello era una pesadilla.
Decidido yo me he ido
a la fuente de Olivares
allí si estaba solo,
y he llenado en un instante.
Para lavar en el Charcón
o la Rambla y Pozo Bajo,
a lavar van las mujeres
con la ropa bajo el brazo.
Bajan cantando alegremente
con la piedra de lavar,
con el cubo y la ropa
y algunas cosas más.
Esto es lo que había
en aquel tiempo de antes
no como pasa ahora,
con tantas comodidades.
Manuel Lindez Rodríguez.
a por agua a la fuente,
he bajado hasta el Caño
pero había mucha gente.
A los Juncarillos yo me fui
crellendo que estaban solos,
y que sorpresa me llevé
estaban hasta los morros.
Desde allí yo me marché
a la fuente las Erillas,
otra vez me equivoqué,
aquello era una pesadilla.
Decidido yo me he ido
a la fuente de Olivares
allí si estaba solo,
y he llenado en un instante.
Para lavar en el Charcón
o la Rambla y Pozo Bajo,
a lavar van las mujeres
con la ropa bajo el brazo.
Bajan cantando alegremente
con la piedra de lavar,
con el cubo y la ropa
y algunas cosas más.
Esto es lo que había
en aquel tiempo de antes
no como pasa ahora,
con tantas comodidades.
Manuel Lindez Rodríguez.