3 meses GRATIS

PEDRO MARTINEZ: HABLEMOS DE NUESTRAS COSAS...

HABLEMOS DE NUESTRAS COSAS
=========================
Un año, de esto hace ya unos cuantos, un día que pasaba yo delante de las antiguas Escuelas en el Ventorro, ubicadas entre las Carreteras de Villanueva y Alamedilla, el alma se me cayó al suelo toda ella dolorida y horrorizada
por la estampa que me ofrecía aquel entrañable edificio de mi infancia bajo cuyo techo aprendí las primeras letras de la mano experta de Don Manuel Ávalos Navarro. Mis ojos no daban crédito a lo que veían: El tejado hundido por completo, el mobiliario escolar destrozado y enterrado por los cascotes... Me sentí pupitre, pizarra, anaquel... era yo el que yacía allí sepultado. Puse la mirada en la mesa de mi maestro y vi mi propia imagen y la de mis compañeros de clase en torno a la sagrada mesa haciendo lectura bajo la mirada atenta de Don Manuel y me ahogué más aún en la pena. Pedí permiso para rescatar, al menos, de entre los escombros (Iba a decir de entre los muertos) uno de los pupitres heridos. Rescaté también la venerada silla del maestro, de mi maestro, del egregio Don Manuel. Conservo hoy día estas dos reliquias para mi de incalculable valor, las cuales son objeto de mi mayor respeto y veneración...

Traigo esto a cuento por asociación de ideas respecto de la situación hoy día de la Iglesia vieja. Mi propósito no era hablar de aquello sino de esto otro a raíz de la noticia de su hundimiento dada por José Manuel. Esperaré a mañana. Mañana hablaré de este otro edificio tan entrañable como la escuela.

Un abrazo.