Así sea, Antonia, Dios con todos nosotros... Y eso se manifestará el día de la reunión que espero podamos celebrarla, porque donde dos o más se reunen... La amistad es una bendición de Dios. Conversar, reír, servirnos mutuamente con agrado, leer juntos algún texto, chancearnos unos a otros y divertirnos en compañía; discutir a veces, pero sin animadversión, como cuando uno disiente de sí mismo, y con tales disensiones, muy raras, condimentar las muchas conformidades; enseñarnos mutuamente alguna cosa, suspirar por los ausentes con pena y recibir a los que llegan con alegría. Con estos signos y otros semejan tes, que proceden del corazón de los reunidos, y que se manifiestan con la boca, la lengua, los ojos y mil otros incentivos gratísimos, nuestras almas se funden y de muchas hacemos una sola. Así son nuestras reuniones. Y todo esto es una gran bendición.
Feliz día también para tí, Antonia. Un abrazo.
Feliz día también para tí, Antonia. Un abrazo.
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