Hola Sensi, pronto has vuelto este año al pueblo, es verdad. Pero piensa que al calorcillo del pueblo, de sus buenas gentes o al abrigo del hogar de siempre, el más íntimo hogar, viendo por la ventana caer la nieve, el agua nieve o la lluvia... uno se siente confortado. Si a todo eso le añades un buen brasero bajo las enaguas de la mesa camilla... ¡Santo Dios! la felicidad completa. Pues que todas estas hogueras contrarresten este invierno los rigores del mismo. Ah, el otro día salí a pasear por el campo. Los almendros estaban en flor, cuajados espectacularmente de flores blancas y rosadas, preludio ya de una primavera...
Pronto estaremos inmersos en ella con sus días largos, brillantes, amenos... Nos hará olvidar las inclemencias invernales. Y tras la primavera, otro veranillo en el que las golondrinas humanas de la diáspora volveremos a la tierra que nos acunó al nacer para reencontrarnos con las amigas y amigos e insuflaremos a esa buena amistad todo el calor de nuestros corazones. Conque con todo esto, Sensi, no hay inviernos, por crudos que sean, que se nos resistan. ¡Ánimo!
Besillos. Que pases buenas noches.
Pronto estaremos inmersos en ella con sus días largos, brillantes, amenos... Nos hará olvidar las inclemencias invernales. Y tras la primavera, otro veranillo en el que las golondrinas humanas de la diáspora volveremos a la tierra que nos acunó al nacer para reencontrarnos con las amigas y amigos e insuflaremos a esa buena amistad todo el calor de nuestros corazones. Conque con todo esto, Sensi, no hay inviernos, por crudos que sean, que se nos resistan. ¡Ánimo!
Besillos. Que pases buenas noches.
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