Cuando retrocedo a mi niñez y mis reyes siento ganas de llorar, no solo por la añoranza del tiempo pasado sinó por las grandes sorpresas en forma de naranjas o pan de higo en los mejores casos. Seguramente nosotros no eramos merecedores de otros regalos, pero éramos niños y el ser pobres no nos eximia de tener sentimientos (aunque los poderosos pensaban de otra manera) pero bueno teniamos lo que ellos no tendran nunca, humildad, amor familiar y la tranquilidad de no haber pisado nunca a nadie para explotarlo.
un abrazo a todos los pobres del mundo y a mi pueblo tambien
un abrazo a todos los pobres del mundo y a mi pueblo tambien
Hola Manolo: yo tambien recuerdo aquellos Reyes, donde no habia mucho pero como tu dices habia amor y humildad, y eso son valores que no se pueden adquirir sino mamar, por eso los que estamos acostumbrados a tooas las situaciones a todo nos adaptamos y a tood nos adaptamos. Feliz dia para vosotros. Un beso
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