buenas noches maestro nosabia que entre tus
mochas virtudes estaba lade mago
balla si biy alomejor me quitas la tos
es broma me alegro que lo pasarais bien
me a corde mucho de todos y yo como sensi tanbien
are puchero para notener envidia
que tal sige angustias
un abrazo para todos
mochas virtudes estaba lade mago
balla si biy alomejor me quitas la tos
es broma me alegro que lo pasarais bien
me a corde mucho de todos y yo como sensi tanbien
are puchero para notener envidia
que tal sige angustias
un abrazo para todos
Buenas noches Josefina:
Celebro que te encuentres ya mejor. Las gárgaras con zumo de limón rebajado en agua es un excelente remedio para la garganta. Prueba. Y la vacuna contra la gripe, en mí, al menos, resulta. Llevo años que no me constipo y si me pasa, no me aprieta en exceso. Que te recuperes del todo.
Pues, sí, desde bien pequeñito ya me gustaba la magia. Los primeros juegos de manos que presencié fue en el circo que instalaban durante las fiestas en el Campillo. En mi ingenuidad de niño, creía que toda la virtud del prestidigitador estaba en la varita mágica. Así, un día mi primo
Fernando (tío de tu cuñada Mari Paz) y yo entramos al circo antes de la sesión en busca de la virtuosa varita. Luego vas creciendo, te dedicas a otras cosas y no practicas y se ete olvida lo que aprendiste. Pero esa afición brota en uno cuando menos se espera. Tengo una nieta con nueve años y desde hace cinco le agradan los juegos con cartas, ya sabe algunos que desarrolla con los compañeros de colegio y en la familia. Los domingos me pide siempre que le enseñe alguno nuevo. Sin yo pretenderlo, la he contagiado. Esa afición es como un gusanillo que te corroe.
A ver, Josefina, tapa el mensaje, con la palma de la mano y piensa rápido en un número comprendido entre el UNO y el CINCO. ¡Rápido... ya! El número pensado es... (Ver más abajo)
Quien sabe, si hubieses venido lo mismo te transformo en una persona sin tos. Bueno, lo que sí es cierto es que, si llegas a venir, el puchero te habría quitado todos los males. Algunos repitieron. Estaba exquisito. Os echamos a faltar, allí faltaban amigos. El número pensado es el tres. ¿Sí?
Venga, un abrazo.
Celebro que te encuentres ya mejor. Las gárgaras con zumo de limón rebajado en agua es un excelente remedio para la garganta. Prueba. Y la vacuna contra la gripe, en mí, al menos, resulta. Llevo años que no me constipo y si me pasa, no me aprieta en exceso. Que te recuperes del todo.
Pues, sí, desde bien pequeñito ya me gustaba la magia. Los primeros juegos de manos que presencié fue en el circo que instalaban durante las fiestas en el Campillo. En mi ingenuidad de niño, creía que toda la virtud del prestidigitador estaba en la varita mágica. Así, un día mi primo
Fernando (tío de tu cuñada Mari Paz) y yo entramos al circo antes de la sesión en busca de la virtuosa varita. Luego vas creciendo, te dedicas a otras cosas y no practicas y se ete olvida lo que aprendiste. Pero esa afición brota en uno cuando menos se espera. Tengo una nieta con nueve años y desde hace cinco le agradan los juegos con cartas, ya sabe algunos que desarrolla con los compañeros de colegio y en la familia. Los domingos me pide siempre que le enseñe alguno nuevo. Sin yo pretenderlo, la he contagiado. Esa afición es como un gusanillo que te corroe.
A ver, Josefina, tapa el mensaje, con la palma de la mano y piensa rápido en un número comprendido entre el UNO y el CINCO. ¡Rápido... ya! El número pensado es... (Ver más abajo)
Quien sabe, si hubieses venido lo mismo te transformo en una persona sin tos. Bueno, lo que sí es cierto es que, si llegas a venir, el puchero te habría quitado todos los males. Algunos repitieron. Estaba exquisito. Os echamos a faltar, allí faltaban amigos. El número pensado es el tres. ¿Sí?
Venga, un abrazo.