Sensi, he echado muchas veces de menos los sanantones de nuestro
Pedro Martínez. El que con mayor nitidez recuerdo es el que se hacía en la
calle de la Eleuteria, entre su
casa, la de Pepe 40 y la de mis parientes Cristina-Pepe Bativillas. Se jugaba a la rueda, se cantaba y había quien saltaba sobre las llamas. Ese día, como tú dices, se comían las patas del
cerdo en guiso, otros asaban la careta y otras partes del cerdo a la lumbre.
Aqui, en Ripollet,
San Antonio Abad (San Antón), mañana, se
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