Compramos energía a futuro
  

las hojas y el fruto, PEDRO MARTINEZ

Ya veis las flores en que se convirtieron.
un racimo de almendras
(15 de Junio de 2010)
En un pequeño pueblo vivía una familia humilde: padre, madre, un niño y el abuelo.
El anciano había trabajado toda su vida, pero la vejez le robó la fuerza. Ya no podía producir, y ahora dependía de su hijo y su nuera... quienes lo veían como una carga.
Le daban los restos de comida. Usaba ropa vieja. Pasaba frío.
El único que parecía preocuparse por él era su nieto, quien a veces le daba parte de su comida. Pero los padres lo regañaban.
— ¡No desperdicies la comida en él! —decían.
El anciano...
Buenas noches Antonia, felices sueños... un besillo.
El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías.
La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance jamás a convertirla en hecho.
Si tu lámpara brilla más que las otras, sé feliz, pero nunca apagues la luz de los demás para hacer brillar la tuya..