No te regales cosas, regálate experiencias y siempre las recordarás. LAS CAMPANAS DEL TEMPLO
El templo había estado sobre una isla, dos millas mar adentro. Tenía un millar de campanas. Grandes y pequeñas campanas, labradas por los mejores artesanos del mundo. Cuando soplaba el viento o arreciaba la tormenta, todas las campanas del templo repicaban al unísono, produciendo una sinfonía que arrebataba a cuantos la escuchaban.
Pero, al cabo de los siglos, la isla se había hundido en el mar y, con ella, el templo y sus campanas. Una antigua tradición afirmaba que las... El gato que no se comió a los polluelos
En el corazón del pueblo de Ndimo, donde los árboles recordaban tu nombre y los secretos viajaban con el viento, vivía un gato llamado Obi. Silencioso, observador y sabio sin alardes, Obi caminaba por los tejados como un suspiro.
Un amanecer, encontró un nido lleno de polluelos rosados y temblorosos en el árbol junto a la choza de Mama Adaeze. Podría haber saltado. Podría haberlos devorado sin dejar rastro. Pero no lo hizo. Se quedó quieto. Observó. Y se... El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta. Hola Juan A. ya he visto que ayer participaste en el teatro de Domingo Pérez, enhorabuena por todo lo que haces.