Nadie sabía cómo se llamaba. En el barrio lo conocían como “El Loco del Perfume”.
Vivía entre cartones y bolsas, cerca de un contenedor de basura en una esquina de Los Ángeles. Era latino, pero nadie sabía de qué país. Algunos decían que era cubano, otros que mexicano. Hablaba poco, reía solo, y todos los días hacía lo mismo: rebuscaba entre la basura… y se rociaba con perfume.
Tenía una pequeña colección de frascos vacíos o medio llenos que encontraba entre los desperdicios. Chanel, Carolina Herrera,... La estupidez es una de las dos cosas que, en retrospectiva, vemos con mayor claridad. La otra son las oportunidades perdidas. Tenemos la mala costumbre de valorar las cosas cuando las perdemos;
de no convertir las pequeñas anécdotas en grandes historias;
y los errores en oportunidades;
y de no ver que las casualidades son por algo. Buenas nochesfeliznoche, hasta mañana un abrazo. Muy buena noche Sensi, que descanses hasta mañana, un abrazo.
