Cierto día, el león, rey de la selva, decidió comenzar una guerra en las tierras vecinas con el fin de extender su reino. Para poder llevar a cabo su idea, dio orden de reclutar a todos sus súbditos para preparar una gran tropa. Al reunirlos a todos, les habló de su idea y comenzó a asignar a cada animal, según su naturaleza, un puesto dentro de su ejército. Así, escogió al elefante para llevar las armas en su lomo fuerte y amplio; el oso, por su gran tamaño, fue seleccionado... Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros. Pon una balanza en tu vida para equilibrar las cosas.