Lo importante no es llegar sino ir. El mal de la calumnia es semejante a la mancha de aceite: deja siempre huellas. También hay crisis para recibir una sonrisa. La gente siempre está enojada por algo. La valentía no siempre ruge. A veces, es la vocecita al final del día que dice: mañana lo volveré a intentar. La vida y el tiempo son los mejores maestros, la vida nos enseña a aprovechar el tiempo, y el tiempo nos enseña a valorar la vida.