— Disculpe… ¿a dónde me lleva? — preguntó la mujer en voz baja, mirando con desconcierto por la ventana del coche.
— Señora Marcela, hemos llegado. Este es el hogar de ancianos “Santa Ana”. A partir de hoy, usted vivirá aquí.
— ¿Cómo que… viviré aquí? — su voz tembló. — ¿Y mi hija? ¿No viene?
— Dijo que la llamará, — respondió el conductor mientras dejaba una pequeña maleta en la acera: un suéter, un cepillo, una vieja fotografía.
— Le deseo mucha salud, señora Marcela.... El presente es un hermoso regalo...! ¡Vivámoslo con gratitud, con amor y con alegría! ¡ Caminando por la vida, comprendí, que lo importante no es saber lo que un tiene, es saber todo lo que uno vale. El que pasa el tiempo arrepintiéndose del pasado, pierde el presente y arriesga el futuro. La parte más difícil no es olvidar el pasado, la parte difícil es olvidar el futuro que imaginaste