"Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos: una para ayudarte a tí misma y la otra para ayudar a los demás". A veces la vida nos enseña que las cosas más preciosas son aquellas que no tienen precio. La riqueza es un poder usurpado por la minoría para obligar a la mayoría a trabajar en su provecho. Correr mucho no te hace llegar más lejos. Ve con calma. ¡Pero tampoco te pases...! Buenas noches Antonia, hasta mañana si Dios quiere... Un besillo