La mitad del mundo no puede comprender los placeres de la otra mitad. El mundo está lleno de sufrimiento pero también de superación del mismo. No le temo al enemigo que me ataca, si no al falso amigo que me abraza. En la vida, entre una lágrima y una sonrisa, hay ganas de mirar cada nuevo día con esperanza. EL SAMURÁI Y SU PERRO
Había una vez un samurái que solía tener la costumbre de pasear con su perro al cual tenía una gran estima.
Un día, su perro se alejó de él y jugueteaba con las hojas que caían de los árboles. Más grande fue la sorpresa del samurái, cuando de repente su perro se lanzó corriendo contra él con aire fiero y muchos deseos de morder.
El samurái, que estaba bien entrenado, desenvaino su espada y justo cuando el perro saltó le cortó la cabeza.
El samurái no entendió por qué de...