Compramos energía a futuro
  

El Laurel, PEDRO MARTINEZ

(4 de Mayo de 2019)
Cuando el joven Naivo cumplió 12 años, su abuelo lo llevó por primera vez a la reserva de Ifaty, al norte de Tulear. Allí, entre la tierra seca y el sol despiadado, lo esperaba algo más que un árbol: lo esperaba una leyenda.
— ¿Ves ese tronco? —le dijo el anciano, señalando un coloso de corteza plateada y ramas torcidas como dedos del cielo—. Ese es el corazón de nuestra tierra. Le llamamos Finoana, que significa “fe”.
El niño lo miró en silencio. Tenía la forma de una botella gigante, y su sombra...
Puedes ponerte todas las máscaras que quieras, pero tus acciones dirán siempre quién eres, el árbol se reconoce por los frutos.