Irene llegó al asilo, llevaba solo una maleta y un par de zapatillas rojas tan desgastadas que parecía que habían corrido un maratón entero por su cuenta. No hablaba mucho. Observaba, leía, y salía cada tarde al jardín a sentarse bajo el mismo árbol, como si esperara algo.
— ¿Por qué siempre te sientas ahí? —le preguntó Martín, otro residente, con la voz ronca por los años.
—Iban a plantar otro árbol, pero al final dejaron este. Me recuerda que, a veces, sobrevivir también es un acto de rebeldía.
Martín... Nadie le hablaba en la escuela... hasta que empezó a dibujar sonrisas en las baldosas del baño.
A Camila le decían “la rara”.
Tenía 13 años y pasaba los recreos sola, en un rincón del patio.
No sabía hablar de maquillaje, ni de modas, ni de TikTok.
Le gustaba dibujar.
Llevaba siempre un cuaderno con hojas dobladas y lápices gastados.
A veces dibujaba personas que ya no veía.
Otras veces, inventaba mundos donde nadie la señalaba con el dedo.
Un día, mientras estaba en el baño de la escuela,... Buenas noches Sensi, ahora toca descansar un abrazo. Buenas noches Antonia. a soñar bonito. un abrazo LA LEYENDA DE LOS PALILLOS
Un hombre muy sabio aceptó el regalo de un mago que le prometió que haría realidad dos de sus deseos. El primero de ellos fue visitar el infierno y, nada más llegar allí, vio a una multitud famélica sentada a una mesa repleta de todo tipo de apetitosos manjares. Pese a la buena apariencia y abundancia de los platos, los comensales tenían cara de hambrientos y sus rostros estaban demacrados. Para comer tenían que servirse de unos larguísimos palillos y, por más que estiraban...