NUESTROS DRAGONES INTERIORES
En un reino de la antigua India en el que se celebraba el banquete de bodas del príncipe heredero.
La princesa, bellísima, venida de lejos, había encantado a todos. Sin embargo, no podía ocultar cierta tristeza. Habían aceptado el compromiso por obligación política.
En el palacio, por el contrario, todo era regocijo y pomposidad.
Llegó el momento cumbre: el brindis por la feliz unión de los cónyuges y de los reinos. Todos elevaron sus copas, expresaron los parabienes ... (ver texto completo)
En un reino de la antigua India en el que se celebraba el banquete de bodas del príncipe heredero.
La princesa, bellísima, venida de lejos, había encantado a todos. Sin embargo, no podía ocultar cierta tristeza. Habían aceptado el compromiso por obligación política.
En el palacio, por el contrario, todo era regocijo y pomposidad.
Llegó el momento cumbre: el brindis por la feliz unión de los cónyuges y de los reinos. Todos elevaron sus copas, expresaron los parabienes ... (ver texto completo)