Descansar en la oración
Cansado vengo, mi Señor, cansado.
De la vida, con su lucha,
de la oración, con su agonía,
de mi propio corazón, siempre, tan frágil, tan iluso, tan duro.
Tú eres mi descanso, Bien mío.
Cansado vengo, mi Señor, cansado.
Cuando me siento amenazado por mis miedos;
cuando levanto
murallas ante el prójimo;
... (ver texto completo)