PEDRO MARTINEZ (Granada)

La Bodeguilla adorna sus balcones para las fiestas
Foto enviada por sensi

Las verdaderas columnas de la sociedad son la verdad y la libertad.
Si piensas algo lindo de una persona, díselo siempre. No puedes imaginar el poder de una gentileza inesperada
Había un profesor que tenía fama de ser justo y comprensivo, durante su última clase antes de las vacaciones se le acercó un alumno que, de manera desafiante, le dijo: «Lo que me alegra de terminar el curso es que no tendré que escuchar más sus tonterías y dejaré de ver su cara aburrida». El estudiante, con expresión arrogante, aguardaba la reacción del maestro, que imaginaba que estaría llena de rabia. Sin embargo, el profesor le miró unos segundos y, muy tranquilamente, le preguntó: «Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, ¿lo aceptas?». Desconcertado, el joven respondió con desprecio: « ¡Por supuesto que no!».
El maestro, entonces, le dijo: «Cuando alguien me dice algo desagradable, me está ofreciendo sentimientos negativos que yo puedo aceptar o no». El chico no entendía nada.
«Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y, si yo me siento ofendido por ello o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo. Y yo, mi estimado alumno, prefiero obsequiarte mi propia serenidad. Tu ira pasará, pero no trates de dejarla conmigo porque no me interesa y no te la acepto».
El alumno comprendió en ese momento, que cada uno escoge con qué emociones llena su corazón y las que elija, sean amargura, pesar, rabia o alegría, son las que nos acompañarán hasta que decidamos cambiarlas. ... (ver texto completo)
El poder es peligroso a menos que tengas humildad
Decir amistad es decir entendimiento cabal, confianza rápida y larga memoria; es decir, fidelidad.
Hay errores inteligentes, los que te enseñan y luego hay errores estúpidos, los que repites.
¿A QUÉ ASPIRAMOS?

Rodrigo era un humilde trabajador que pasaba sus días cortando bloques de piedra al pie de una montaña. Un día vio pasar el cortejo todo engalanado de un príncipe. Rodrigo sintió gran envidia y deseó tener la riqueza de aquel príncipe. El Gran Espíritu escuchó su deseo y lo convirtió en un príncipe.
Rodrigo fue feliz con sus ropas de seda y su poder hasta que un día vio cómo el sol marchitaba las flores de su jardín. Deseó tener el poder del sol y su deseo fue satisfecho. Se ... (ver texto completo)
Al igual que la mariposa, yo también despertaré en mi propio tiempo.


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