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PEDRO MARTINEZ (Granada)

Camino a Olivares
Foto enviada por sensi

En una escuela pública de Ciudad de Guatemala, donde las ventanas tenían más remiendos que cristales, llegó un día un niño nuevo. Se llamaba Thiago. Tenía 10 años, una mochila demasiado grande para su espalda… y una mirada que no seguía a nadie.
Porque Thiago era ciego.
La maestra, doña Mireya, no sabía qué hacer. Nunca había tenido un alumno así. Al principio, intentó seguir como si nada. Pero Thiago no pedía ayuda. Solo escuchaba, siempre atento, con una calma que desconcertaba.
Hasta que un ... (ver texto completo)
Aquel que renuncia al odio, la ira, el enojo, la crítica, el orgullo y el engreimiento, está en camino hacia el mayor triunfo: La liberación de la esclavitud mental.
Tenía 10 años cuando rompí la ventana del aula.
Estábamos jugando fútbol en el recreo.
Le pegué con todas mis fuerzas…
Y la pelota salió disparada contra el vidrio.
Se hizo un silencio seco.
Todos se quedaron mirando.
Yo también… pero fingí sorpresa.
Al rato, llegó el director.
Nos miró uno por uno.
Y sin levantar la voz, dijo: ... (ver texto completo)
En ocasiones la vida no se da como la planificas, pero no por eso hay que desfallecer.
El éxito suele tener muchos padres, mientras que el fracaso casi siempre es huérfano.
Cuando luches por tus objetivos, procura no dejar por el camino a la gente que te quiere..
Mi error fue darle mi tiempo, a quien solo quería saber la hora.
La lectura no da al hombre sabiduría; le da conocimientos.
El deber es lo que esperamos que hagan los demás, no lo que hacemos nosotros mismos.
Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana.
Dando libertad a los esclavos la aseguramos a los libres.
Deja que tus sueños sean más grandes que tus miedos.
Aquellos que pretenden aparentar que saben de todo, en realidad son los más ignorantes.
Cuanto más grande es el Caos, más cerca está la solución..
El día está lleno de realidad, pero la noche está hecha para soñar.