EL BEDUINO Y SU CAMELLO
Érase una vez un beduino que tenía un solo camello, al que cuidaba y tenía mucho aprecio porque era su medio de transporte y su única compañía cuando atravesaba el desierto. Por eso, siempre se preocupaba de que al animal no le faltase de nada.
Una
noche especialmente fría en el desierto, el hombre se instaló dentro de la carpa bien cómodo y calentito, mientras que el camello se quedó fuera y empezó a notar la bajada de temperaturas pese a que su dueño se había preocupado
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