EL SECRETO DE LA
FELICIDAD
Un mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el secreto de la felicidad. Al llegar al
castillo, este acabó en una sala llena de gente hablando, personas que entraban y salían... El sabio conversaba con todos y el
joven tuvo que esperar dos horas para que lo atendiera. Tras escuchar lo que quería, el hombre le dijo que no podía contarle el secreto de la felicidad y le sugirió que diera un
paseo por su
palacio y volviera en dos
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