LA MUJER DEL UNIFORME AZUL
Cada mañana, Clara empujaba un carrito de limpieza por los pasillos de un
hospital privado. Su uniforme azul estaba impecable, su moño bien hecho y su sonrisa lista, aunque por dentro estuviera rota.
—Buenos días, doña Clara —decía siempre el guardia.
—Buenos días, mi amor —respondía ella con voz dulce, aunque hubiera llorado horas antes por no saber si llegaría a fin de mes.
A Clara la conocían todos, pero nadie sabía realmente quién era.
Un día, mientras limpiaba
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