La intención de las palabras depende en gran medida de quien las escucha y no de quien las pronuncia.
Un hombre se puede equivocar muchas veces, pero no se convierte en un fracaso hasta que empiece a culpar a otros por sus propios errores.
Cada persona que conoces en la vida es una hoja que enriquece tu árbol. Muchas se pierden con el viento, otras no se van nunca.