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PEDRO MARTINEZ (Granada)

Más flores de primavera
Foto enviada por sensi

Cada tarde, a la misma hora, don Elías se sentaba en la banca del parque con un cuaderno en las rodillas. Tenía 84 años, las manos temblorosas y la mirada de quien ha vivido más de lo que ha contado.
Un día, Sofía, una joven de unos 30 años que pasaba por ahí a menudo, se armó de valor y se sentó a su lado.
— ¿Qué escribe todos los días? —preguntó con una sonrisa tímida.
Elías cerró el cuaderno con suavidad y la miró.
—Escribo lo que nunca dije. Lo que me guardé por orgullo, por miedo, o porque ... (ver texto completo)
Llorar no indica que eres débil. Desde el nacimiento, siempre ha sido una señal de que estás vivo.
Para conocer a la gente hay que ir a su casa.
Me encanta quien ha aprendido a estar solo, porque cuando decide acercarse a alguien es porque realmente le importa, no porque lo necesite.
Vamos a reírnos de todo porque la tristeza no se cura con más tristeza...
Los libros son excelentes regalos porque contienen mundos enteros.
Lo importante no es ser mejor que otros, sino ser mejor que ayer.
Es tan bueno saber a donde ir, como saber a donde No regresar..
Iba yo por un camino, cuando una voz de mujer detrás de mí me dijo:
- ¿Me conoces?
Me volví y le contesté:
- No recuerdo tu nombre.
Ella me dijo:
- Yo soy aquella Tristeza profunda que sufriste hace tiempo.
Sus ojos se parecían a la mañana cuando el rocío está todavía en el aire.
Permanecí en silencio y luego le pregunté:
- ¿Has perdido aquella carga inmensa de lágrimas?
Ella sonrió sin contestarme. ... (ver texto completo)
Quién cree que lo sabe todo, sigue viviendo en un puro sueño.
El hombre más rico del mundo no es el que conserva el primer duro que ganó, sino el que conserva el primer amigo que tuvo.
No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás.
Sabio es aquel que deja sonrisas donde un necio dejaría lágrimas.
Aprovecha el momento, el resto está aún por venir.
LAS DOS BOLSAS

Un niño, al regresar del colegio, empezó a criticar sin piedad a un compañero suyo delante de su madre. «Es que es muy tonto, mamá. Todo lo hace mal. Cada vez que el maestro pregunta nunca sabe la respuesta. ¡Si ni siquiera se ha aprendido las tablas de multiplicar! Yo soy muchísimo más listo que él». Tras oír las quejas de su hijo, la mujer permaneció callada y pensativa. Viendo que no obtenía respuesta, el niño insistió: «Mamá, di algo. ¿Tú no crees también que soy el más listo ... (ver texto completo)