Tenía unos once años cuando mi abuela me dijo algo que se quedó grabado en mi corazón para siempre.
Era un día de escuela como cualquier otro.
Caminé de regreso a casa de mis abuelos, como siempre, pero ese día estaba callada. Algo me había dolido.
Mi abuela, con su mirada atenta, lo notó enseguida.
No me preguntó nada. Simplemente me llevó a la cocina, preparó un chocolate caliente, puso unas galletas en un plato y esperó.
Después de unos minutos, le conté:
“Pensé que una niña en la escuela ... (ver texto completo)
Era un día de escuela como cualquier otro.
Caminé de regreso a casa de mis abuelos, como siempre, pero ese día estaba callada. Algo me había dolido.
Mi abuela, con su mirada atenta, lo notó enseguida.
No me preguntó nada. Simplemente me llevó a la cocina, preparó un chocolate caliente, puso unas galletas en un plato y esperó.
Después de unos minutos, le conté:
“Pensé que una niña en la escuela ... (ver texto completo)
