MIAU
Un samurái se disponía a cocinar el pez que acababa de
pescar cuando su gato dio un salto y le robó su presa. El hombre se enfureció, sacó su sable y de un golpe partió al gato en dos. Como era amante de los animales, el remordimiento de haber matado a un ser vivo por un arrebato no le dejaba vivir en paz. De
noche solo soñaba con maullidos... ¡Miau! ¡Miau!... La obsesión le perseguía, así que un día fue a visitar a un maestro, quien le dijo:
—Eres un guerrero, ¿cómo has podido caer tan
... (ver texto completo)