“ ¿Otra vez arroz con huevo, mamá? ¡No aguanto más esta miseria!” — gritó con rabia.
La madre tembló. La cuchara cayó de sus manos.
—“Es lo único que tenemos, hijo…” — susurró con vergüenza.
Él lanzó el plato. El arroz voló por el suelo. Algunos granos quedaron pegados en el rostro de la madre.
—“ ¡Pues cómetelo tú sola, esta porquería!” — gritó antes de irse.
Ella, en silencio, recogió los granos con los dedos.
Y esa noche, como todas, se arrodilló junto a su cama.
Oró. Por él.
Días después, ... (ver texto completo)
La madre tembló. La cuchara cayó de sus manos.
—“Es lo único que tenemos, hijo…” — susurró con vergüenza.
Él lanzó el plato. El arroz voló por el suelo. Algunos granos quedaron pegados en el rostro de la madre.
—“ ¡Pues cómetelo tú sola, esta porquería!” — gritó antes de irse.
Ella, en silencio, recogió los granos con los dedos.
Y esa noche, como todas, se arrodilló junto a su cama.
Oró. Por él.
Días después, ... (ver texto completo)
