PEDRO MARTINEZ (Granada)

Arboles frente a las escuelas
Foto enviada por sensi

Las personas que amamos están siempre con nosotros. De día en los pensamientos, de noche en los sueños.
El tiempo pone a cada uno en su lugar, cada reina en su trono y cada payaso en su circo.
Sabías que cuando un lobo va perdiendo la pelea contra otro lobo y entiende que ya no tiene posibilidades de ganar, el lobo perdedor ofrece apaciblemente la yugular al oponente, como si dijera "perdí, me rindo", acabemos con esto de una vez.
Sin embargo, en ese momento tiene lugar lo increíble. El lobo ganador inexplicablemente se paraliza, una fuerza milenaria le impide matar al que desde la humildad reconoce la derrota. Algún mecanismo primario incrustado en el ADN o más allá de él se dispara en el lobo ganador y le recuerda que la especie es más importante que el placer de eliminar al contrincante.
¡Que maravilloso instinto!
Nadie llamaría cobarde al lobo que se entregó, ni conmiserativo* al que se paraliza, simplemente el milagro ocurre. Ni vencedor, ni vencido, ambos lobos se alejan y la rueda de la vida continúa.
Quién diría que "tendríamos que ser más animales", para demostrar más humanidad. ... (ver texto completo)
Nunca pierdas el tiempo lamentando errores. Basta con que no los olvides.
Todo el mundo dice que el amor duele. No es cierto. La soledad duele. El rechazo duele. Perder a alguien duele. Todos confunden estas cosas con el amor, pero en realidad, el amor es la única cosa en este mundo que cubre todo el dolor y nos hace sentir aún maravillosos.
A menudo son las ausencias las que nos hacen compañía. No se pueden tocar ni oír, pero las llevamos dentro..
Un abrazo encierra en si todas esas palabras que a menudo por pudor, no podemos decir a la gente que queremos.
Siempre habrá piedras en tu camino. Depende de ti si haces muros o puentes.
la vida es hermosa y más bella la amistad, quien cuenta con un amigo nunca sólo está...
El truco está en sonreir y no amargarse la vida por nada ni por nadie...
Cuenta una historia, que había una vez un corazón, que cansado de latir solo, de sufrir desengaños, se sentó en un rincón para dejarse morir. Era un corazón hermoso, lleno de juventud y vida, con cicatrices que el tiempo le había dejado como recuerdo de lo que alguna vez fue bello. Se sentía triste, abatido, solo, desengañado y solo quería desaparecer. De repente a su lado se sentó una lágrima, que mirándolo con los ojos llenos de ternura, se acurrucó a su lado para contar sus suspiros. Al cabo de ... (ver texto completo)
Para proteger nuestra fragilidad, la vida nos obliga a llevar una coraza, pero suceden cosas maravillosas e inesperadas que la desintegran: las emociones.
Y solo cuando nos emocionamos, somos increíblemente reales.


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