Yo tenía cinco años. La maestra escribió en la pizarra: "Todos los hombres son mortales". Sentí un enorme alivio, un gran regocijo.
Esa tarde, cuando salí del colegio, corrí a mi casa y abracé muy estrechamente a mi madre.
" ¡Qué suerte Mamita, tu no te vas a morir nunca!" le dije, arrebatadamente.
" ¿Qué?" preguntó mi madre, sorprendida.
Me separé apenas de ella y le expliqué:
-La maestra escribió en la pizarra que los hombres son mortales.
¡Y tú eres mujer!. Por suerte, eres mujer, dije ... (ver texto completo)
Esa tarde, cuando salí del colegio, corrí a mi casa y abracé muy estrechamente a mi madre.
" ¡Qué suerte Mamita, tu no te vas a morir nunca!" le dije, arrebatadamente.
" ¿Qué?" preguntó mi madre, sorprendida.
Me separé apenas de ella y le expliqué:
-La maestra escribió en la pizarra que los hombres son mortales.
¡Y tú eres mujer!. Por suerte, eres mujer, dije ... (ver texto completo)
