Quien toma bienes de los pobres es un asesino de la caridad. Quien a ellos ayuda, es un virtuoso de la justicia.
Hay un tipo de silencio que es pura magia. No llega cuando terminan las palabras sino cuando comienza la comprensión.
Me encanta quien ha aprendido a estar solo, porque cuando decide acercarse a alguien es porque realmente le importa, no porque lo necesite.
Madurar es aprender a querer bonito, extrañar en silencio, recordar sin rencores y olvidar despacito.