PEDRO MARTINEZ (Granada)

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Foto enviada por sensi

Las palabras son como monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una.
La vida es como el mar: sin carreteras y sin indicaciones, sólo hay que mantenerse a flote y no perder el sentido de la orientación.
Si nunca estás solo, no puedes conocerte a ti mismo.
Buenos días foreros-as... ¡Feliz Jueves Santo!
Hacer todo el bien posible, amar la libertad sobre todas las cosas y, aún cuando fuera por un trono, nunca traicionar la verdad.
LA PROMESA

Esa mañana como todos los días antes de salir de mi casa, me despedí de mi esposa con un beso y un " Te amo " ella sabía perfectamente que ese día yo dirigiría mis pasos a otro lugar, pero eso no le preocupaba en lo más mínimo. Me comprendía y conocía toda la historia.

Pasé a la florería y compré un ramo de rosas blancas, una veladora y me dirigí al panteón.

Caminé por el pasillo rodeado de tumbas, hasta llegar a una en especial. Dos Ángeles colocados en cada esquina parecían ... (ver texto completo)
El zapato que le queda bien a una persona está apretado para otra. No hay una receta de vida que vaya bien para todos
El maquillaje que embellece más, es una sonrisa sincera..
A veces la música puede hacernos libres, no importa en que prisión estemos...
Leyendas de Mongolia

La tumba de Gengis Khan. Existe una leyenda sobre la tumba de Gengis Khan que no deja de asombrar a propios y extraños, pues se dicen muchas cosas relacionadas
a los últimos días del gran guerrero mongol, sin embargo no hay ninguna certeza puesto que la tumba de Gengis Khan nunca ha podido ser ubicada realmente, aunque si hay muchas conjeturas que intentan descifrar este gran rompecabezas que representa la ubicación real de la tumba del gran conquistador. Esta situación no ha hecho más que avivar las llamas de las leyendas que rondan desde hace siglos en los valles de Mongolia y que se cuentan de boca en boca para ser transmitidas de generación en generación.
Según cuenta esta leyenda de Mongolia, Gengis Khan comenzó a sentir que el fin se acercaba, entonces solicitó a sus obreros que construyeran una gran tumba en su honor, este trabajo no sería sencillo, puesto que la edificación planeada se asemejaba más a una ciudad completa más que a una tumba. Se dice que cuando el trabajo quedó concluido Gengis Khan mando a eliminar a todos los obreros que habían trabajado en la construcción de su tumba, con el fin de que nadie supiese nunca donde sería su última morada. Leyendas de mongoliaLuego el conquistador mandó a esconder grandes tesoros y lujos, los soldados encargados de esta tarea debían eliminar a cualquiera que se cruzara en su camino, de este modo no quedaría ningún testigo que pudiese indicar el rumbo al que se dirigían los soldados. Así pues resultó que al final nadie pudo saber a ciencia cierta dónde quedaba realmente la tumba, de este modo el gran guerrero se encargó de que no quedaran testigos con vida y pudo ir a su morada en completa soledad, acompañado de sus tesoros y con la tranquilidad de saber que nadie lo molestaría jamás. Hasta el día de hoy nadie sabe realmente donde está la tumba. ... (ver texto completo)
Gírate hacia el sol y las sombras caerán a tus espaldas
Madre mía la que está cayendo en "santa fe" los temblores no paran de cesar y la casas se resquebrajan para quedar inservibles, con mal pie entramos en el año 2021.
La piel del cocodrilo

En África, hace cientos de años, los cocodrilos tenían la piel suave y de color oro. Cuenta la leyenda que uno de esos cocodrilos, que vivía en Namibia, durante el día solía permanecer oculto en el lago en que había nacido, disfrutando del frescor que le proporcionaba el agua.
Como los demás cocodrilos, adoraba retozar en el fondo lleno de barro, pues el sol en África era demasiado intenso como para salir a la superficie. Las noches, en cambio, eran frías y el cocodrilo ... (ver texto completo)
"Hay que dar las gracias. Porque al no estar acostumbrados a recibirlas creemos que nos las necesitamos, pero sienta muy bien que te las planten de vez en cuando, que las rieguen y las hagan crecer. Porque las gracias, como las sonrisas, hay que regalarlas, que nos sobran y son gratis, y de eso en este mundo hay muy poco.
Algunas veces nos vemos tan fuertes que la gente no se imagina que por dentro nos estamos cayendo. Vivimos en un mundo de apariencias.