Dios estaba nombrando a todos los animales mientras ellos lo seguían: jirafa, elefante, mono y así sucesivamente. Como los animales eran muchos, la operación duró días, hasta que solo quedó uno. Tenía lágrimas corriendo por su rostro, y Dios le preguntó por qué estaba llorando. "Porque no tengo nombre", fue la respuesta.
"Mira", dijo Dios, "el tuyo lo guardé para el último porque tú serás el mejor
amigo del hombre, por lo que debes tener un nombre muy especial. Tu nombre será igual al mío, pero
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