Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia.
Hay dos clases de soledad: una que hasta “acompañada” destruye, otra que "sola o acompañada", edifica y ¡revive!..
Nos preocupamos demasiado por cosas que puede que no pasen nunca. Buenas noches Sensi, feliz descanso un abrazo.