na vez le dije a mi papá: “Ser pobre es lo peor.”
Y él me dijo:
—Mijo, tiene razón.
No dijo nada más.
Parecía que no me hubiera entendido, así que le repetí:
—Ser pobre como nosotros… es lo peor.
Ahí sí se volteó y me preguntó:
— ¿Usted se siente pobre?
—Pues claro, padre… nos toca trabajar pa’ poder comer.
Y ahí me dijo, serio pero tranquilo:
—Imagínese lo ricos que somos… podemos trabajar.
Tenemos manos que sirven, salud pa’ pararnos temprano,
comida caliente en la noche, una cama donde acostarnos…
¿Usted cree que eso es ser pobre?
— ¿Y los lujos? —le pregunté.
—El que necesita lujos pa’ sentirse rico…
está más pobre que nosotros.
¿Será que la pobreza no está en el bolsillo, sino en los ojos con que se mira la vida?
Y él me dijo:
—Mijo, tiene razón.
No dijo nada más.
Parecía que no me hubiera entendido, así que le repetí:
—Ser pobre como nosotros… es lo peor.
Ahí sí se volteó y me preguntó:
— ¿Usted se siente pobre?
—Pues claro, padre… nos toca trabajar pa’ poder comer.
Y ahí me dijo, serio pero tranquilo:
—Imagínese lo ricos que somos… podemos trabajar.
Tenemos manos que sirven, salud pa’ pararnos temprano,
comida caliente en la noche, una cama donde acostarnos…
¿Usted cree que eso es ser pobre?
— ¿Y los lujos? —le pregunté.
—El que necesita lujos pa’ sentirse rico…
está más pobre que nosotros.
¿Será que la pobreza no está en el bolsillo, sino en los ojos con que se mira la vida?