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LOS BALCONES: Era una tarde tibia, con el sol bajando entre los árboles...

Era una tarde tibia, con el sol bajando entre los árboles de una finca tranquila. Dos hombres estaban sentados bajo un limonero: uno, de cabello canoso y manos curtidas por los años; el otro, más joven, recién llegado del pueblo.
Mientras conversaban, una pequeña abeja revoloteó cerca, posándose en una flor.
El joven, incómodo, se apartó:
— ¡Uf, cuidado! No me vaya a picar esa cosa…
El hombre mayor sonrió, sin moverse.
— ¿Ves esa abeja? No es una amenaza. Es una aliada.
El joven lo miró, confundido.
—Mira, hijo. La gente le teme porque no la conoce. Pero sin abejas… no habría fruta en este árbol. No habría limones. Ni naranjas. Ni panal, ni miel. Ni campo florecido.
El joven se quedó en silencio.
—Una sola abeja puede visitar más de mil flores en un día —continuó el hombre—. Y con cada visita, ayuda a que esa flor se convierta en fruto. Así, sin ruido, sin aplausos, trabaja por todos nosotros. Por eso, cada vez que veo una, la agradezco.
—Pero… ¿y si desaparecen? —preguntó el joven.
El hombre bajó la mirada.
—Si desaparecen, el campo se muere lento. Primero faltan las flores. Luego los frutos. Luego, todo lo demás. No es solo su miel lo que nos dan… es el equilibrio del mundo.
El joven miró la abeja una vez más. Esta vez, con respeto.
— ¿Y cómo las cuidamos? —preguntó.
—No usando venenos. Plantando flores. Enseñando a los niños a no aplastarlas. Dejando de verlas como un peligro… y empezar a verlas como lo que son: el latido pequeño de una vida enorme.
Se quedaron en silencio unos minutos, viendo cómo el sol se escondía y la abeja seguía volando entre los pétalos.
Y en ese instante, el joven entendió que cuidar no siempre es hacer grandes cosas… a veces, es aprender a mirar con otros ojos.

???? Reflexión:
Las abejas no gritan, pero nos sostienen.
No piden nada, pero nos dan todo.
Cuidarlas no es un favor… es un deber con la vida misma.
Porque si alguna vez se apagan sus alas, también se apagará el color de los campos… y el alimento en nuestras mesas.