Hace cinco años que le envié esta carta a mi querido Alejandro Jodorowsky y abajo su respuesta.
Querido Maestro
Aunque hablamos a menudo por este lugar virtual, hoy siento la necesidad vital de darte una vez más las gracias. No sólo por tus enseñanzas en el tarot, por tus enseñanzas de psicomagia, por tus enseñanzas del árbol genealógico, si no darte las gracias por hacerme ver un poco cada día mi humanidad. Siento que tú me escuchas, me tienes en cuenta y siempre has sabido usar las palabras adecuadas para que sacara mi potencial dormido. Siempre apareces en el momento perfecto, con las palabras adecuadas. Me enseñaste el hábito de todos los días dedicarle a tus redes sociales dos horas, no por ti, sino por las miles de personas que te seguimos a diario, yo he copiado ese hábito y cada día es un ritual sagrado. No hay fin en la cantidad de comentarios al día en tus redes dándote las gracias, eres ese puente que hace abrir los ojos, eres ese guía que ayuda en la distancia a que el ser humano tome conciencia, eres ese canal de luz abriendo paso en las noches más oscuras.
Humildad y humanidad, siempre agradecido, siempre dispuesto a responder mis palabras. Siempre creando, lo mismo dibujando un cuadro, que escribiendo un comic, que escribiendo un libro, que leyendo el tarot, que acariciando a tu gato, que sorprendiéndonos en un video grabado por Pascale, que haciendo una conferencia en Facebook para miles de personas, siempre creando, no cayendo en la trampa de la edad ni del cansancio, siempre con una sonrisa, siempre haciendo del tiempo un espacio sagrado…
Te conozco y me identifico, resuenas en mí como el pájaro que no se cree dueño del cielo y vuela libre en la eternidad. Me animaste a volar y dejar el nido, me dijiste que si no me gustaba mi trabajo a mi trabajo no le gustaba yo… comprendí que no es el trabajo, sino un método de vida y amar lo que haga en la vida. Todo es para bien!. Sembradores de conciencia, no importa el mensajero, si el mensaje, no caer en la trampa del ego, no ser lo que no somos, malabaristas de lo desconocido, siervos de la tierra, nunca nada para mí que no sea para los otros.
Empecé diciéndote querido maestro, eres más que un maestro, eres un referente, un amigo, un familiar, un espejo en el que me gusta verme crecer, una gota de ese inmenso océano que somos la humanidad, un joven de 89 años al que le queda de vida mínimo 60 años más.
GRACIAS ALEJANDRO
Ankor Inclán
ESTO ES LO QUE ME RESPONDIÓ:
Me ha emocionado tu carta, tanto por lo que me dices como la alegría de saber que has aprendido a agradecer. La Verdad, la Belleza y la Bondad, son tres gracias que sin el agradecimiento, se convierten en tres desgracias narcisistas.
Te agradezco ese honor de ser agradecido por tu niño interior. Espero llegar a merecerlo.
Querido Maestro
Aunque hablamos a menudo por este lugar virtual, hoy siento la necesidad vital de darte una vez más las gracias. No sólo por tus enseñanzas en el tarot, por tus enseñanzas de psicomagia, por tus enseñanzas del árbol genealógico, si no darte las gracias por hacerme ver un poco cada día mi humanidad. Siento que tú me escuchas, me tienes en cuenta y siempre has sabido usar las palabras adecuadas para que sacara mi potencial dormido. Siempre apareces en el momento perfecto, con las palabras adecuadas. Me enseñaste el hábito de todos los días dedicarle a tus redes sociales dos horas, no por ti, sino por las miles de personas que te seguimos a diario, yo he copiado ese hábito y cada día es un ritual sagrado. No hay fin en la cantidad de comentarios al día en tus redes dándote las gracias, eres ese puente que hace abrir los ojos, eres ese guía que ayuda en la distancia a que el ser humano tome conciencia, eres ese canal de luz abriendo paso en las noches más oscuras.
Humildad y humanidad, siempre agradecido, siempre dispuesto a responder mis palabras. Siempre creando, lo mismo dibujando un cuadro, que escribiendo un comic, que escribiendo un libro, que leyendo el tarot, que acariciando a tu gato, que sorprendiéndonos en un video grabado por Pascale, que haciendo una conferencia en Facebook para miles de personas, siempre creando, no cayendo en la trampa de la edad ni del cansancio, siempre con una sonrisa, siempre haciendo del tiempo un espacio sagrado…
Te conozco y me identifico, resuenas en mí como el pájaro que no se cree dueño del cielo y vuela libre en la eternidad. Me animaste a volar y dejar el nido, me dijiste que si no me gustaba mi trabajo a mi trabajo no le gustaba yo… comprendí que no es el trabajo, sino un método de vida y amar lo que haga en la vida. Todo es para bien!. Sembradores de conciencia, no importa el mensajero, si el mensaje, no caer en la trampa del ego, no ser lo que no somos, malabaristas de lo desconocido, siervos de la tierra, nunca nada para mí que no sea para los otros.
Empecé diciéndote querido maestro, eres más que un maestro, eres un referente, un amigo, un familiar, un espejo en el que me gusta verme crecer, una gota de ese inmenso océano que somos la humanidad, un joven de 89 años al que le queda de vida mínimo 60 años más.
GRACIAS ALEJANDRO
Ankor Inclán
ESTO ES LO QUE ME RESPONDIÓ:
Me ha emocionado tu carta, tanto por lo que me dices como la alegría de saber que has aprendido a agradecer. La Verdad, la Belleza y la Bondad, son tres gracias que sin el agradecimiento, se convierten en tres desgracias narcisistas.
Te agradezco ese honor de ser agradecido por tu niño interior. Espero llegar a merecerlo.