Ofertas de luz y gas

LOS BALCONES: En una tarde serena, un sabio anciano caminaba junto...

En una tarde serena, un sabio anciano caminaba junto a un río cuando, de repente, vio algo moviéndose en el agua. Se inclinó y notó que era un escorpión, arrastrado por la corriente, luchando por no ahogarse.
Movido por la compasión, el anciano extendió su mano para sacarlo, pero en cuanto lo tocó, el escorpión, en su desesperación, lo picó con su aguijón venenoso.
El dolor hizo que el sabio soltara al escorpión, que volvió a caer al agua. Pero en lugar de alejarse, el anciano intentó salvarlo de nuevo.
¡Otra picadura! Esta vez, con más fuerza.
Un joven que observaba la escena desde la orilla no pudo contenerse más y le gritó:
— “ ¡Maestro! ¿No entiende? ¡Cada vez que lo toca, lo pica! ¡Déjelo morir, se lo merece!”
El anciano, con la mano temblorosa por el veneno, sonrió y respondió:
— “La naturaleza del escorpión es picar. La mía es salvar.”
El joven frunció el ceño. No entendía.
El anciano, con esfuerzo, tomó una hoja grande, la deslizó bajo el escorpión y, sin recibir otra picadura, lo llevó a tierra firme, liberándolo de la muerte.
Entonces, miró al joven y le dijo con calma:
— “No permitas que la naturaleza del escorpión cambie la tuya. No dejes que el veneno de otros te haga renunciar a hacer el bien.”