LOS BALCONES: Recordando a Quevedo: estomagos agradecidos....

Recordando a Quevedo: estomagos agradecidos.

EL PICARO Y EL HORTELANO

De mucha labia y talento
era un picaro tunante
que afanaba sus alforjas
de pimientos y tomates.

Algún que otro pepino
aunque dice.. se repiten
berenjenas y guindillas
y si se pican... que piquen.

Y picando y repicando
entre melón y sandía
sus alforjas va llenando
el tunante cada dia.

Y el perro del hortelano
como ladrar no podía
le fiaba más que el amo
y ganó su compañia.

Y fueron los tres contentos
perro, tunante y amo
y aqui termíno la historia
del Pícaro y el Hortelano.