La frase "haber gato encerrado", que implica algún manejo oculto, tiene su origen en unos Monederos o faltriqueras, generalmente hechos de piel de Gato desollado, de ahí su nombre, que antiguamente se usaban de una manera habitual.
Estos Monederos solian llevarse ocultos, encerrados, entre las ropas para proteger el dinero de los habituales bandidos.
Estos Monederos solian llevarse ocultos, encerrados, entre las ropas para proteger el dinero de los habituales bandidos.